Lo malo de los corazones rotos es esto: no puedes echarte agua oxigenada por encima y soplar mientras las burbujitas caminan por la herida; solo puedes guardarte los pedazos.
Y no hay operaciones ni medicinas que los puedan curar; te tienes que quedar con tu corazón así, roto.
A veces tu alegría es la fuente de tu sonrisa, pero a veces tu sonrisa es la fuente de tu alegría
sábado, 4 de febrero de 2012
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